Carlos Anwandter es un ejemplo del carácter emprendedor y tezonero de estos primeros colonos alemanes del sur de Chile. Tras llegar a Valdivia en 1850, se convirtió en propietario de un terreno en la Isla Teja, donde estableció una industria cervecera que dio a su familia y a la zona gran prosperidad. En el mismo lugar edificó en la década de 1860 su casa, que constituye un volumen simple y sobrio. La estructura, de dos pisos, es de madera de roble y se erige sobre cimientos de piedra. En su fachada poniente exhibe un corredor porticado, tradicional en la zona desde la época hispánica. Su techo es de dos aguas y está cubierto con fierro galvanizado.
Actualmente la casa Anwandter es propiedad de la Universidad Austral de Valdivia, que efectuó en ella una cuidada restauración. Funciona en la casa un Museo Histórico y Arqueológico de gran interés, que entre otras cosas expone una muestra de mobiliario y enseres que dan cuenta de los estilos de las casas valdivianas desde el siglo XVIII al XX.